En las pasadas Jornadas “Se parte del arte” celebradas los días 9 y 10 de mayo entre los Corralones de la plaza del Pelícano y el de la calle Pasaje Mallol con la Casa Palacio del Pumarejo, podemos destacar la creatividad de Ignacio con su organillo o pianola que puede reproducir el compás de siete palos del flamenco.
Nos llama la atención el gesto de felicidad que transmite un creador junto a su creación, nos habla que no existe una batalla entre la máquina y lo humano, al contrario, la máquina nos ayuda a compartir y expresar sentimientos a través del arte, de la música, de tradiciones… no hay conflicto sino convivencia, re-creación…
Nos habla de todas las personas con su diversidad de profesiones, habilidades… que han colaborado con él para que se haya realizado esta creación: músicos, arquitectos, herreros…
Nos habla de cómo podemos disfrutar pensando en al cara que pondrán los compañeros de la peña flamenca de París, al ver y oir el vídeo…
Unir, tejer, acercar, compartir… todo esto se muestra desde la potencia de un barrio que hace ciudad, que hace mundos… y responde con arte y alegría a los pesares que esta sociedad actual parece aquejar a la totalidad pero no es así: LA VIDA SIGUE.