Valores

Para los vecinos de la Casa Grande del Pumarejo, las palabras cargadas de valores son sus únicas armas, en un contexto de construcción y fusión incesante entre acción y reflexión. Esta inercia brota de la injusticia, de la especulación y del intento de destrucción de la cultura de un barrio, de un sistema económico en declive, del desencanto político, del inconformismo, e incluso del propio lenguaje preso de una realidad alienante,… Surgen nuevos valores y significados. El concepto de “vecino/vecina” se expande: se compromete con la cultura del barrio, se integra en una comunidad solidaria de afectos y de cuidados, que vela por el “común”, independientemente de su lugar de residencia. O la Moneda Social Puma que pone de manifiesto la riqueza de este colectivo basada en tres ideas nucleares: “comunidad”, “confianza” y “abundancia”. Sin saberlo estos valores han trascendido nuestras fronteras y ha surgido la necesidad natural de compartirlos y de evaluar, estudiar y asimilar aportaciones del exterior como por ejemplo el “sentir-pensar”. Es la belleza de un eco-sistema en constante movimiento y en sintonía con los vecinos, con la comunidad y con la naturaleza.

Sevilla es una ciudad mediterránea, de tamaño medio (unos 700, 000 habitantes). Andalucía está al sur del estado español, la ciudad se ha ido construyendo, como tantas otras, en el transcurso de su propia historia. Tener su calzada romana, tener restos de la muralla árabe, tener mezquitas convertidas en iglesias… tener el recuerdo del descubrimiento de las Américas, en edificios… en la memoría de toda una ciudad que se ha ido haciendo de ilusiones y desiluciones, alegrías y penas… como todo ser vivo. Es la vida de un pequeño barrio, San Julian, que se mueve como un hormiguero. Tiene un corazón que es la plaza y una Casa Palacio que se construyó en el año 1775, precisamente por un “indiano” (persona pobre que se hace rica con el comercio en las Américas) que se hizo rico con el negocio de las maderas, e hizo derribar 70 viviendas para generar la plaza de Pumarejo. (Enlace historia)

Este palacio llegó a convertirse en vivienda de más de 60 familias a partir del año 1930. Con la idea del desarrollismo y la modernidad el Plan Urban 1994- 1999 con fondos europeos se pretende acondicionar la zona y atraer a nuevos vecinos al barrio. Es en el año 2000 cuándo una serie de vecinas de la Casa reciben la noticia de que un nuevo propietario desea hacer un Hotel, les transmite y les presiona con los “asustaviejas”; han de marcharse.. Ellas se niegan y comienzan a reunirse con personas de su barrio a traves de hijos, amigos, vecinos del entorno, comerciantes… y se forma la Plataforma por la Casa del Pumarejo.

2000

Las tres ideas nucleares de la lucha fueron: reutilizar, rehabilitar y revitalizar. Erre que erre. Estas personas mayores se abrieron a todo tipo de personas: artistas del barrio, patrimonialistas, movimientos políticos, ocupas, profesores de la universidad, profesionales… donde cada uno aportaba sus saberes y habilidades para entre todos impedir el desalojo de estas vecinas y la pérdida de los valores culturales, de convivencia… o contra los poderosos y sus políticas de expeculación…

2003

La primera iniciativa de la Plataforma es la realización de un estudio de la historia de la Casa para conseguir la declaración de Bien de Interés Cultural (enlace) lo que trastocó la diversidad de aportaciones que cada mirada incorporaba. El conocimiento de la historia y del contexto permite otra lectura de lo que está sucediendo y convierte a los lectores pasivos en “actores activos” de su propia historia. Empezamos a construir un nuevo vocabulario. No nos encontrabamos cómodos con los significados antíguos y se pusieron a pulir aquello que les hacía sentirse mal o incomprendidos.

Se dieron cuenta que el concepto de “vecino” se tenía que transformar. Existe tanta diversidad en el interior de la Plataforma que no se puede aceptar una visión clásica de vecino donde los jóvenes que están llegando después de 10 o 15 años todavía no se les considera del barrio. Es una mezcla no prevista que comienza a tomar un “contenido” propio. Tomando lo que de positivo tiene cada persona sea jóven o anciana, nacida o no en el barrio… todos se relacionan y conviven por un “bien”, aún desconocido, en construcción, pero que sí tenían muy claro ante qué se oponían: la desaparición de un ser vivo; la cultura de un barrio, por un fenómeno de especulación.

2005

Rocio Pozo lo explicaba así: “Y los lazos creados han ido creciendo entre los miembros de la Plataforma como los jaramagos en la azotea, sin planificación ninguna. El sentimiento de comunidad afectiva es imprescindible tenerlo en cuenta a la hora de analizar las interrelaciones sociales … de la Plataforma.” Lo relevante tiene que ver con la creación de una comunidad de afectos. Fueron otros vecinos del barrio los que se acercaron a la Casa Palacio para transmitir los conflictos en la plaza por la presencia de personas sin vivienda, con problemas de drogadicción… o por los desahucios y expulsiones de comerciantes, artesanos en distintas casas, locales y corralones… La Casa pasó a ser referente de otras personas, barrios… y se convirtió en un espacio para nuevos modelos de acción.

2009

Se debilitó la lucha. Se amainaron los movimientos sociales. Se agotó el ánimo para ir una y otra vez a las administraciones, partidos políticos… No quisimos responder a las provocaciones que nos llegaban desde las administraciones. Volvimos a los encuentros, a debates entre nosotros y abiertos a la sociedad… y nos dimos cuenta que el debate entre lo público y lo privado era falso, ambos nos atacaban y brotó LO COMÚN.

2010

Un año antes del 15M llegaron y atrajimos nuevos aires que se manifestaron en la entrada con fuerza de movimientos como Decrecimiento y la PAH entre otros. Eran personas jóvenes… con otras ideas y valores. Coincidió con conflictos internos no resueltos dentro de la Asociación Casa del Pumarejo como la idea de no poder debatir sobre “Economía”. Todos los esfuerzos de los primeros nueve años habían sido “sin ánimo de lucro”, todo era desinteresado, éramos “altruistas”, primero como opción y después por “imposición”… todo lo demás nos recordaba que “el dinero todo lo corrompe”… pero la gente que defendía y construía la Casa se tenía que marchar porque no tenía empleo, ni los medios mínimos de subsistencia…. “Lo común” se desarticulaba si sólo pensábamos en la Casa, también hay que pensar en las personas que la habitan y dan vida. Es un todo que forma una unidad.

2012

En este año se originó la Moneda Social el Puma con personas de la Casa y de Decrecimiento. Esto fue una nueva fase de creación de valores que iban surgiendo según la necesidad y lo que los acontencimientos nos iban poniendo por delante. Se llegó a definir la Moneda no como un sustituto del euro sino como una herramienta para sacar a la luz nuestras riquezas que eran: Comunidad, Confianza y Abundancia. Ha sido un debate entre dos conceptos nuevos: El sustento y los cuidados. Surgieron por separado y se han ido integrando uno dentro del otro. Hay quienes optan con su vida como un medio de aprendizaje, salirse de lo dado… a pecho abierto, con su sangre, con sus pasiones, con su negativa a la esclavitud abren, agrietan… y brotan nuevas vías. No se sienten ni quieren ser mártires, ni militantes, ni iluminados, ni expertos, …, simplemente, reconocer su propia naturaleza y el ecosistema donde les ha tocado habitar.

En estas confluencias surgen dolores, rupturas, desequilibrios… no es solo cuestión de buena o mala fe, es cuestión de conocimiento, de apertura a la totalidad, de la diversidad de naturalezas, de carácter, de capacidad de convivencia con la incertidumbre… No sólo era necesario el afecto sino una capacidad de comprensión de la realidad que nos supera en el estricto ámbito en el que nos han ubicado o nos hemos acomodado.

Sólo la realidad nos despierta, sólo nuestra naturaleza salta cuándo no le dejan ser o desarrollarse, no proviene de un discurso, no proviene de una ideología, de una religión, de una ciencia… proviene de un choque vital, que cada uno ha de afrontar o subordinarse a lo dado. Quizás seamos un grupo de artistas de lo cultural – político que no nos atrae lo existente; el empleo, no nos atrae el dinero, no nos atraen los intereses, no nos atrae el individualismo, … nos atrae algo más sutil, que vuela en el aire como las semillas, como los días de primavera que nos envuelve de luz, calor, olor… que nos despiertan cada día a la vida.

Quizás estemos fabricando tiempo para que tu, lector, te unas al proceso. No lo podemos hacer solos, es más, sabemos que no sería “bueno”: sano, útil, correcto…. No podemos hacer lo mismo que criticamos: correr, acelerarnos, enfadarnos con los demás, exigirnos, hasta dañar nuestra naturaleza. Quizás seamos las preguntas que aún nadie consigue pronunciar y que la vida ayudará a responder. No sabemos como es, pero sabemos que existe, que ha existido, que está delante nuestra y no la vemos por una realidad virtual que la tapa. Es un globo que sólo se pincha con nuestra presencia, con nuestra consciencia, con un hacer que saca a la luz la distinción entre realidad y apariencia. Quizás seamos un otro “hacer” cargado de arte, que promoves otra época, una nueva política donde se superan las medidas, las contabilidades… son acontecimientos que dicen que “ya ha sucedido”; Hemos arreglado el patio de la Casa Palacio ante la no respuesta de las administraciones a nuestra petición de permiso de obras.

El reloj se vuelve a poner en marcha. Una época ha comenzado a degradarse (el capitalismo consumista), y ya comienza otra; no le podemos responder con sus palabras, conceptos, herramientas, normas, leyes, sistemas… ellos son los que han originado el problema y necesitamos nuevas herramientas. Para nosotros las armas son las palabras cargadas de valores, de fusión entre acción y reflexión. Todavía estamos fabricando las palabras, por ello, no nos gustan los discursos, no nos sentimos preparados, maduros, ni con la diversidad suficiente en nuestro interior para que abarque a la totalidad de la que quisieron expulsarnos. Lo que hicimos para no salir de la Casa es para el barrio, para la ciudad y para la Humanidad. Ahora estamos en el “sentir-pensar”.

Que no sepa el Sistema Máquina si somos partículas u ondas. La vida tiende a seguir. Estamos, y se están ya, redactando muchas otras lecturas de lo vivido…

Trabajo colectivo. Hermoseado y pulido por Nora Daoud y Jorge Ollero Peran. Redacción de Salvador Garcia Guerrero.